Esta nota periodística fue publicada en El Imparcial de Chilpancingo, el 26 de julio de 1894, después fue reproducida en los diarios nacionales de El Siglo Diez y Nueve , y La Voz de México , el 8 de agosto de ese mismo año. En ella se hacía referencia a los funerales de un loro en la ciudad de Iguala, que murió el día 12 de julio al caerse de un árbol. La dueña del ave, Sotera Domínguez, organizó las exequias debido al gran cariño que le tenía. Inició con la repartición de lujosas esquelas a familiares y amigos, avisando el fallecimiento del llamado "Loro Domínguez", al cual vistió de San Miguel Árcangel y lo colocó en un pequeño ataúd hecho de finas maderas. El velorio fue en la casa de Doña Sotera, que contrató a unos músicos para tocar durante la noche. Al día siguiente, por la mañana, se organizó un banquete para los asistentes y después se procedió al entierro en un lugar del patio de la casa, se asegura que algunos dolientes no pudieron contener el llanto en e